En tiempos de guerra, las palabras no siempre son suficientes. A veces, una imagen es la que da el golpe más directo. Tal es el caso de “Golpea a los blancos con la cuña roja”, una obra creada en 1919 por el artista ruso El Lissitzky. Este cartel no solo fue una pieza clave de propaganda bolchevique durante la guerra civil rusa, sino que también se convirtió en un ícono del diseño gráfico moderno.
En la imagen vemos un fondo blanco atravesado violentamente por una gran cuña roja que rompe el círculo. No hay figuras humanas, pero la tensión es clara: el rojo penetra y desestabiliza al blanco. La frase que acompaña la obra lo dice todo:
"Клином красным бей белых!"
Traducción: “¡Golpea a los blancos con la cuña roja!”
Esta frase funciona como un llamado directo a la acción militar, y también como una metáfora visual poderosa: el rojo representa al Ejército Rojo (bolchevique) y el blanco a los contrarrevolucionarios (el Ejército Blanco). El cartel convierte la geometría en ideología.
Después de la Revolución de Octubre de 1917, Rusia cayó en una brutal guerra civil entre los bolcheviques (los “rojos”) y una coalición de fuerzas monárquicas, liberales y extranjeras, conocidos como los blancos. Fue una lucha no solo por el control del país, sino por el futuro del sistema político y social.
En ese contexto, el arte no era neutral: servía para movilizar, educar y unificar. La alfabetización visual era esencial, porque gran parte de la población aún no sabía leer. Por eso los carteles se volvieron fundamentales, y artistas como El Lissitzky pusieron su talento al servicio de la causa revolucionaria.

Lazar Markovich Lissitzky, más conocido como El Lissitzky (1890–1941), fue arquitecto, diseñador gráfico, fotógrafo y artista multidisciplinario. Estuvo profundamente involucrado en los movimientos constructivista y suprematista, y fue discípulo de Kazimir Malévich, el creador del suprematismo.
Lissitzky no solo fue un gran innovador visual, también creía que el arte debía participar activamente en la transformación del mundo. Su trabajo fusiona geometría abstracta con mensajes ideológicos concretos, y su influencia se expandió mucho más allá de la Unión Soviética.

Lissitzky fue pionero en muchos sentidos:
- Introdujo el uso del espacio tridimensional en el diseño gráfico.
- Fue un puente entre la vanguardia rusa y las escuelas europeas como la Bauhaus y el constructivismo alemán.
- Su estilo influyó en generaciones de diseñadores gráficos, sobre todo en el uso del color plano, la tipografía funcional y la composición asimétrica.

Incluso hoy, se pueden ver ecos de Lissitzky en el diseño editorial, la publicidad y el arte conceptual contemporáneo. Fue uno de los primeros en entender que el diseño podía ser un arma visual, capaz de transformar la realidad, no solo de decorarla.
“Golpea a los blancos con la cuña roja” es mucho más que un cartel de guerra: es un ejemplo de cómo el arte puede sintetizar ideología, emoción y mensaje en una imagen mínima pero cargada de poder. Con solo unas formas geométricas y un texto directo, El Lissitzky creó una obra que sigue golpeando —no solo a los blancos, sino a la historia del arte— con la misma fuerza de entonces.