En el vibrante contexto de la Rusia soviética de los años 20, donde el arte se convirtió en una herramienta para la revolución, Aleksandr Ródchenko creó una imagen que todavía hoy sigue siendo icónica: “Libros” (o “Books!”, en su versión más conocida en inglés). Esta obra no solo es un cartel publicitario, sino una verdadera declaración de intenciones del constructivismo, el movimiento artístico que buscaba fusionar el arte con la vida cotidiana y la ideología comunista.
¿Quién fue Aleksandr Ródchenko?
Aleksandr Mijáilovich Ródchenko (1891-1956) fue un artista, diseñador gráfico y fotógrafo ruso, figura central del constructivismo. Su obra rompió con las tradiciones del arte académico, incorporando el uso de la fotografía, el collage y el diseño gráfico para transmitir mensajes claros y directos, casi siempre al servicio de causas sociales o políticas.
La obra “Libros” (1924)
Esta obra es, en esencia, un cartel de propaganda. Pero su impacto visual y simbólico lo convierte en una pieza clave de la historia del diseño gráfico moderno. En ella aparece una mujer con la boca abierta, en un gesto de grito o llamado, rodeada por formas geométricas simples y colores planos. A través de un collage fotográfico, Ródchenko combinó imagen y tipografía de forma innovadora para la época.
“Libros” fue realizada en 1924, en un momento crucial para la joven Unión Soviética. Tras la Revolución de Octubre de 1917 y el fin de la guerra civil (1917-1922), el país estaba en plena transformación: el nuevo régimen comunista buscaba consolidarse, reorganizar la sociedad y construir al “nuevo ciudadano soviético”.
Uno de los pilares fundamentales para ese cambio era la educación y la alfabetización masiva. En ese entonces, una gran parte de la población rusa era analfabeta, especialmente en las zonas rurales. Para los bolcheviques, era urgente llevar el conocimiento a las masas para que pudieran participar conscientemente en la vida política, económica y social del nuevo Estado.
La editorial estatal Gosizdat
La obra fue creada como un cartel publicitario para Gosizdat, la editorial estatal soviética, cuyo nombre completo era Gosudarstvennoye Izdatel'stvo ("Editorial Estatal"). Esta institución tenía como misión principal la producción y distribución de libros educativos, científicos, técnicos y políticos en todo el país.
El cartel servía como propaganda para promover la lectura, pero no cualquier lectura: libros útiles, técnicos, ideológicos. El mensaje era claro: “¡Libros sobre todos los campos del conocimiento!” — es decir, la cultura ya no es solo para la élite, sino para el pueblo.
El papel del arte en este contexto
Artistas como Ródchenko creían firmemente que el arte debía servir al pueblo. Por eso se alejaron del arte “decorativo” o burgués, y adoptaron un enfoque funcional, directo y accesible. El constructivismo —movimiento al que pertenecía Ródchenko— buscaba precisamente eso: usar el arte como una herramienta de transformación social.
La imagen de Lilya Brik, gritando el mensaje, no es solo una mujer anunciando libros. Es un símbolo del llamado revolucionario: la cultura y el conocimiento deben ser para todos, no un privilegio de pocos.
La mujer que grita
Lilya Yurievna Brik (1891–1978) fue una figura clave en el ambiente intelectual y artístico de la Rusia revolucionaria. Era conocida tanto por su influencia en el arte y la literatura como por su fuerte personalidad y su papel dentro del círculo de vanguardia soviético. Escritora, musa y activista cultural, muy cercana al círculo de vanguardia rusa y, en particular, al poeta Vladímir Mayakovski. Su presencia no es casual: Brik representa a la nueva mujer soviética, activa, comprometida, revolucionaria. Su grito no es un mero recurso visual, es un llamado urgente a la alfabetización y al acceso a la cultura.
Intelectual, activista y símbolo de la mujer nueva
Lilya fue parte de lo que se llamaba la "intelligentsia radical", una generación de artistas y pensadores que rompieron con las normas tradicionales y buscaron nuevas formas de vida y expresión. Defendía la emancipación de la mujer, la libertad sexual, y apoyaba el proyecto comunista, especialmente en sus primeras etapas.
En ese sentido, se convirtió en un símbolo de la “nueva mujer soviética”: moderna, activa, liberada, participando en la vida pública e intelectual, algo impensado en la Rusia zarista.
Relación con Vladímir Mayakovski
Uno de los aspectos más conocidos de su vida fue su relación con el poeta Vladímir Mayakovski, una de las figuras más influyentes de la poesía soviética. Se conocieron en 1915, y aunque Lilya estaba casada con el editor Osip Brik (quien también apoyaba su relación con Mayakovski), ella y el poeta mantuvieron una intensa y abierta relación amorosa durante muchos años.
Mayakovski la adoraba y la convirtió en la protagonista de muchos de sus poemas. De hecho, la famosa frase que él le dedicó fue:
“Si tú quieres, te arrancaré el corazón, lo llevaré en la mano como un estandarte.”
Colaboraciones con artistas y propaganda
Lilya también trabajó con cineastas, artistas y diseñadores. Fue una especie de puente entre las ideas revolucionarias y su expresión artística. Su imagen fue utilizada en el cartel “Libros” de Ródchenko, no solo por su relación con el ambiente artístico, sino porque representaba de forma potente la voz de la revolución.
¿Qué dicen las palabras del cartel?
En cirílico, el cartel dice:
“Книги по всем отраслям знаний”
que se traduce como:
“¡Libros sobre todos los campos del conocimiento!”
Es un anuncio de la editorial estatal Gosizdat, que promovía la lectura y la educación entre las masas, algo central en los ideales soviéticos de la época. Ródchenko y Brik no solo vendían libros: vendían ideas, progreso, revolución.